El director emprende el rodaje de "Volver" con Carmen Maura y Penélope Cruz
Cristina Savall, El Periódico 01.07.2005
Andar y desandar para volver al pasado desde la sabiduría del presente. Eso activa a Pedro Almodóvar que, por muchas razones, titula Volver su nueva película, la más personal e intimista de toda su carrera. Con ella, emprende un viaje emocional que le lleva a su propia niñez y a la esencia de sus primeras películas. Este rodaje, que comienza el 18 de julio, significa la conciliación con Carmen Maura tras 17 años de distanciamiento, el retorno al universo femenino y el reencuentro con ese mundo de rituales sobre la muerte que de niño observaba fascinado desde el patio de vecinos de un pueblo de La Mancha.
"Allí me inicié como espectador. Ante mí pasaba la vida en directo", recuerda el director manchego, que con este relato "nada fúnebre" sobre la cultura de la muerte quiere rendir tributo a la memoria de su madre. "La tengo de nuevo presente. Gracias a esta película, entablo un diálogo interno con ella". Ese realismo mágico llega con el personaje de Carmen Maura, una abuela que anda con bata y alpargatas. Es un espíritu. Vuelve del más allá para hablar con sus hijas (Penélope Cruz y Lola Dueñas). "Mi madre contaba que mi abuelo muerto volvió para arreglar asuntos pendientes. Pues su personaje hace lo mismo. No puede irse con sus secretos".
SECRETOS Y PREJUICIOS
Ello conlleva que las situaciones cómicas se entremezclen con el drama que viven unas mujeres que apenas logran sobrevivir en el trasvase hacia la gran ciudad. "Es lo opuesto deLa mala educación. Realmente no sé hacer una comedia sobre hombres. No puedo utilizar el humor cuando hablo de mí mismo. El universo femenino esconde más secretos, es más interesante y tiene menos prejuicios".
Con Volver retoma la comedia dramática. "Es un Indiana Jones de aventuras domésticas", declara en alusión a que sintoniza con ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Esa fue la cuarta vez que dirigió a Maura. "He esperado a encontrar un personaje que me entusiasmara. En el trabajo no me caso ni con mis padres. Pero es emocionante comprobar que hay cosas que no cambian". Maura lo vive con enorme ilusión: "Siento la misma conexión. Es como si no hubiera pasado el tiempo", afirma.
El cineasta reconoce que la muerte le produce horror, incertidumbre y mucha angustia. "Pero a esta película voy a darle mi vida si hace falta". Para nada acepta la muerte como esas mujeres de su pueblo que organizaban picnics sobre sus propias tumbas, que mantenían limpias de malas hierbas. El personaje de Blanca Portillo, la vecina solterona, es así. "Ella es la gran revelación de esta película", augura.
El reparto, en el que destaca la ausencia de protagonistas masculinos, se completa con Yohana Cobo, que interpreta a la hija adolescente de Penélope Cruz, y Chus Lampreave, que encarna la bisabuela. "En el fondo, hablo de las complicadas relaciones que se establecen entre madres e hijas", argumenta un director que opina que la humanidad sobrevive gracias a la solidaridad de las mujeres. "Nos salva a los hombres de muchos problemas".
Almodóvar ve en Penélope Cruz una Claudia Cardinale con aspecto de Sofía Loren. "Su personaje tiene un carácter agriado, pero unas buenas tetas siempre ayudan a sobrevivir". Ante lo cual la actriz de Todo sobre mi madre se siente agradecida y feliz: "Estoy en la gloria. Es un bombón de personaje".
Pedro Almodóvar, entre Carmen Maura y Penélope Cruz, en la Casa de América de Madrid.